El domingo, como en cada elección celebrada en San Martín, los socios emitieron su voto esperando que el elegido logre llevar al primer equipo a lo más alto posible. Pasaron tan sólo tres días desde la victoria en las urnas de Rubén Moisello y en La Ciudadela la ansiedad por ver la “mano” de la nueva comisión directiva es enorme.
“Una fiesta democrática”. Así definieron en Bolívar y Pellegrini al acto que consagró a la lista “Roja y Blanca”. En 2011, y luego de un enorme tiempo sin que hubiera elecciones, comenzó un proceso de cambio en San Martín. A pesar de que no culminó como se esperaba, en los años posteriores los socios pudieron votar de manera normal y pacífica. Claro que en todos los casos una de las prioridades más fuertes era darle mayor importancia al plantel profesional.
Con idas y vueltas, los presidentes desde 2011 hasta la fecha, tuvieron suertes bien diferentes en lo que respecta a lo estrictamente futbolístico.
El empresario Emilio Luque fue el primer mandamás elegido por el voto popular tras varios años sin comicios. Ganó las elecciones el 18 de diciembre de 2011, con el 82% de los votos y tuvo que hacerse cargo de una institución que arrastraba una profunda crisis y que hacía medio año había caído al Argentino “A”.
Luque recibió un plantel armado que daba pelea durante la fase inicial del torneo, pero no logró el objetivo de ascenso. Con algunas crisis en el vestuario y los viejos problemas institucionales, el equipo se despidió temprano en los playoffs. Cansado de los inconvenientes, Luque presentó su renuncia.
En medio de una de las peores crisis institucionales del último tiempo, el 26 de mayo de 2013 Jorge Garber ganó las elecciones para completar el mandato pendiente de una CD que meses atrás había quedado acéfala.
Mientras su comisión trabajaba para levantar al club en lo institucional, el equipo no logró rendir de acuerdo a las expectativas. La temprana eliminación en la fase final a manos de Juventud Unida de San Luis terminó con el sueño de Garber de llegar a la Primera B Nacional y su ciclo en el club llegó a su final.
El 1 de junio de 2014, los socios proclamaron a Oscar Mirkin. Fue el primer presidente desde 2011 que pudo cumplir un mandato completo. Los primeros años fueron un calvario en lo futbolístico; los planteles no estuvieron a la altura y los hinchas hasta pidieron su renuncia. Sin embargo, en el tercer año y de la mano de Diego Cagna, logró sacar al club del infierno llamado Federal A. Además, con buenas y malas, el equipo dio pelea en la segunda categoría.
El 12 de junio de 2017, mientras el “Santo” goleaba 3 a 0 en Buenos Aires a Almagro, Roberto Sagra derrotó a Mirkin en las elecciones. El empresario llegó al club prometiendo equipos de jerarquía y ascensos. A los pocos meses, logró el objetivo de llegar a Primera. Sin embargo, los grandes problemas aparecieron en la Superliga. El equipo no logró asentarse nunca y el descenso fue un golpe fuerte a su gestión.
Los hinchas mostraron su malestar. Sagra aceptó la culpa y decidió redoblar la apuesta. Conformó un plantel competitivo y logró que el equipo estuviera puntero en la Primera Nacional casi de punta a punta. Pero la pandemia suspendió el fútbol y el resto de la historia es conocida.
Moisello tomó la posta y prometió que iba a hacer todo para que el equipo pueda llegar a Primera y mantenerse en el tiempo. ¿Logrará quedar en la historia como el único presidente que consiguió ese objetivo en la historia “santa”? Sólo el tiempo entregará una respuesta. (Producción periodística: Gonzalo Cabrera Terrazas).